A
veces me hace falta la melodía exacta para mis días, que le pongas el
soundtrack a mi vida y me recuerdes que mis gustos musicales nunca superarán a
los tuyos. Muchas veces me imaginé contigo compartiendo la vida, pero siempre
me encargué de asesinar a sangre fría esos pensamientos. Me gustaría saber cómo
sería todo si estuvieras aquí conmigo, pero es perder el tiempo. Nunca estarás,
porque así lo elegí y así es la vida, eliges algo y renuncias al resto. Y yo
elegí no elegirte, aunque a veces me pese, pero así soy, tú me conociste mejor
que nadie y conociste mi gusto por arrancar de mi pecho los sentimientos. Hiciste
todo por hacerme sentir especial y lo sentí, pero siempre dejé que la razón
dominara más que el sentimiento. Te quería, pero no lo suficiente para quedarme
contigo, pero sí lo suficiente para no olvidarte, lo suficiente para continuar
escribiéndote, lo suficiente para que a veces me sigas doliendo. Porque así
aprendí a querer, a no olvidar y a siempre hacer eternas a las personas
importantes en letras y mira que han sido pocas las importantes, pero me
obstino en nunca olvidarlas, en reescribirlas, como a ti, que me niego a
desaparecerte de mi mente, de mis letras, de mi vida, aunque lleves tiempo sin
estar en ella. Pero así soy, tan extraño, tan misterioso, tan simple, que no
podrías entender mis decisiones, así como a veces no entiendo por qué existo
sin ti.