Pude
sentir como te resquebrajabas, sentí como se diluía en el pecho un dolor no
localizable que se traducía en un llanto incesante y en falta de aire. Volví a
entregarte de la única manera que sé, completamente, y ahora puedo sentir como estás
completamente destruido.
Lo siento, hemos perdido de nuevo. Dimos todo,
como siempre, pero ya sabes cómo es esto, no siempre se obtiene lo mismo a
cambio. Tranquilo, estaremos bien, ya lo hemos pasado antes, quizás pasen años,
pero al final todas las heridas terminan por sanar. Perdona, quizás debí
cuidarte mejor esta vez, pero hay lecciones que me cuesta mucho aprender. Pero
no es todo malo, ¿recuerdas cómo te hacia palpitar tan rápido que hasta sentía
que saldrías de mi pecho? Y qué decir de todos aquellos poemas que te inspiró, hacia
tempo que no hacíamos cosas como esas. Y qué podría decir de todo ese futuro
tan bonito que habíamos construido, lo sé, ahora son solo ruinas y duele muchísimo,
pero todo eso alguna vez nos ilusionó y nos hizo reír tanto, nos hizo soñar.
Nunca tuvimos tantas ganas de que el futuro llegara rápido como hace poco, que
triste que no haya sido como esperamos, pero tranquilo, de mejores futuros nos
hemos levantado.
Te ves acabado corazón, pero ya
sanarás, siempre sanas. No pierdas tus ganas de amar, aunque quizás nos tome
tiempo hacerlo de nuevo. Ya la superaremos; superaremos su sonrisa diáfana y su
caminar displicente, su rostro élfico y su sencillez tan exquisita. Ya
superaremos su cabello inolvidable, sus manos que sostenían nuestros sueños, ya
aprenderemos a vivir sin la miel de sus besos, sin su mirada penetrante y sus
dulces palabras. Ya no debería ver sus fotos, pero es tan adictivo, siento que
aún puedo estar un poquito junto a ella aunque ya no esté, además allí siempre podremos
estar juntos y siempre sonreiremos como el primer día. Tranquilo corazón, que
lo único que se perdió fue todo, pero ya inveteremos otro mundo, o quizás no,
pero ánimo corazón, no por siempre serás un corazón roto.