Hola mi amor, ha pasado mucho tiempo y no te he mirado. Te extraño y no hay cosa que logre que deje de hacerlo. Espero te encuentres bien, ése siempre ha sido mi deseo, que estés bien, sonriente, feliz.

No estuviste conmigo para recibir la primavera como cada año, ni estuviste aquí para mirarme hacer la presentación más importante de mi trabajo, ni estuviste cuando nuestra mascota Luca murió. Llegó la primavera pero se siente un invierno tu ausencia.

Estoy bien. Te extraño cada día, pero estoy bien. A veces camino sin rumbo pensando en ti y cuando reacciono estoy lejos de casa. Siempre que cae la noche, mientras concilio el sueño, imagino que estás a mi lado y empiezo a contarte todo lo que hice en mi día, aunque muchas veces termino llorando al saber que no estás aquí.

Te sueño. Me pregunto muchas veces donde estarás. Muchas veces siento el deseo de ir abuscarte, aun sin siquiera saber nada sobre dónde estás ahora, pero no lo hago,pues me falta coraje para hacerlo, coraje que tú tienes en demasía.

Miro tu fotografía, ésa que guardo como a un tesoro; te miro a los ojos y aún siento que algo recorre todo mi cuerpo cuando los miro. Muchas veces escucho como si alguien se aproximara; abro la puerta esperando que seas tú. A veces el viento parece hablarme con tu voz pero solo es mi mente que me engaña.

Estás en todas partes y no te encuentro en ninguna. Me haces falta y no hay nada que llene el gran vacío que has dejado en mi alma. Extraño nuestros días felices, te extraño mucho mi amor.

Esta es la carta 32 que te escribo y todavía sigo con el corazón roto, la vida cansada y el sueño ausente. Aún tengo todo el amor que te tenía y más, aún espero que vuelvas, aún te amo, mi amor.

Sé feliz.